domingo, 25 de agosto de 2013

Oh sole mío!

Dedico esta entrada a Mati, una gallega en bellas tierras italianas por amor, que es lo más bonito del mundo...

Me niego a que leais esta entrada sin música. Yo os sugiero que si le váis a dedicar un minuto, la leáis mientras suena esta bellísima canción italiana o cualquier otra que os inspire, un poquito de Italia,... un poquito de ternura para estos minutos,...


María José se va a Roma

Algunos momentos llegan, no se sabe cuándo va a ser esto, pero los amigos y novio de María José, por fin, la llevarán este Septiembre a conocer Roma. María José llevaba años esperando este momento rodeada de Audrey Hepburn y sus Vacaciones en Roma, de los libros de Federico Moccia, de su querido padre religioso, de sus ganas de visitar el Vaticano y sobre todo, de su amor a su brillante sol Mediterráneo, porque, qué le voy a hacer, si ella, nació en el Mediterráneo,...

Hace años, al casarme, yo también visité Roma. Como había vivido en Palma de Mallorca, sola, durante varios meses y con Carlos durante otros tantos, cuando llegué tuve la impresión de estar en mi querida Palma, aunque no se parecía en nada, pero se parecía en todo: la luz, las ventanas cerradas con persiana mallorquina, los balcones, los edificios de color marrón, rosa, amarillo, las plantas y las flores trepando por viejos balcones, las pizzerías, las heladerías. La explosión de color sobre el fondo de color marrón envejecido. La bandera de Italia, roja, verde, blanca, en combinación en los ingredientes de una pizza, tomate, aceituna, queso mozzarella, albahaca,... y bellos monumentos, hechos ruinas. La terrible sensación de la grandeza venida a menos. Esa alegría Mediterránea en ese sol tan cercano al mar.

Hacer clic en las fotos para agrandarlas!
Roma es una ciudad como el casco viejo de Palma (o quizá al revés, Palma se parece a Roma), intricada, llena de terrazas, abierta al aire libre, y cálida. Polvorienta. Llena de gente y de rincones. Giras una calle y quieres a quedarte allí a vivir para siempre. Así que la inspiración para este mini-álbum se fue complicando y complicando y complicando, tantos recuerdos de mi memoria llegaron a la vez, y el álbum salió de estilo ecléctico, sin un formato definido, sin un tamaño claro, con colores alegres, sobre fondos de viejas paredes desgastadas. La colección Bramble Rose de My Mind's Eye ha sido un gran soporte para estas sensaciones. En cualquier caso, he utilizado muchas hojas de un paquete de cartulinas de la casa alemana Folia, de topos de varios colores. He utilizado casi todos los modelos, aunque los más apropiados eran los de los colores de Italia: verde, rojo. La flor la he hecho con un trozo de tela de algodón granate, para concordar con el toque envejecido del mapa de Italia. 

El lugar donde se encuentra Roma, lo he enmarcado con un trocito de papel y cubierto de Glossy. Da un efecto muy bonito.

Las páginas interiores se suceden en orden para contar una historia, que espero que sea la suya en esta bella ciudad.

Nada más empezar, la llegada en avión al aeropuerto. Y unos folios verdes para apuntar cualquier cosa que se le ocurra... la dirección del hotel, por ejemplo. Tras la llegada, pausa para recoger los folletos, un plano de Roma, un café,... las banderolas del sitio donde paren a tomar un tentempié.



Las primeras calles de Roma, comienzan a tener ese sabor que os cuento, el de viejas fachadas de piedra, cargadas de historia, con bellos detalles que las adornan. el corazón verde remarca la invitación para tirar de la cinta de topitos blancos. Se abre la primera callejuela de este álbum... la que espero guarde rincones de complicidad entre el grupo,... El papel decorado imita las tapicerías de los manteles, de los sillones,... en un tab, una flechita la invita a tirar de él hacia abajo, para abrirlo. Éste es un espacio limpio, para que coloque sus fotos, y con un bolsillo para que guarde sus cositas.

 

El siguiente grupo de páginas lo he organizado para los muchos monumentos que tiene Roma. Hay dos bolsillos, uno con fondo para guardar un plano de la ciudad, y otro que guarda una libreta para hacer journaling de los cuatro días que durará su visita. Le he hecho sólo unos pocos tags, porque sé que ella encontrará allí muchísimos recuerdos que guardar.

 

Esta es la libreta que hice para el diario del viaje, está hecha sobre una cartulina amarilla, y es lo más brillante del álbum. Para hacer los tabs utilicé por primera vez mi nueva Big Shot, con el troquel de flor que trae, y unos sellos de doilees con embossing caliente en blanco, dan textura a las flores. Sobre ellas los números de los días que pasará allí. Están matizados con la tinta Mustard Seed de Tim Holtz.


En este nuevo grupo de hojas, he añadido un papel para apuntar datos y números. Las horas que se caminaron, el orden de las visitas. Lo que costó un café, un agua, una pizza, un helado italiano. Otra página redonda, dedicada a los ángelitos de Rafael, que ella tiene en el cabecero de su cama del Mareny Blau (Valencia), para recordar que viajó al lado de su pareja, y algunos sobres pequeños, para guardar una monedita italiana y la tarjeta del hotel o del restaurante.



Continúa en "Volare, oh, oh"...

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